Puede que la radioterapia sea más beneficiosa en algunos casos que en otros. Algunos tipos de cáncer son más sensibles a la radiación, así como algunos tumores localizados en ciertas áreas son más fáciles de tratar sin que se generen tantos efectos secundarios.

Hay límites en la cantidad de radiación que una persona puede recibir en toda su vida. Los médicos están informados sobre la cantidad de radiación que las partes sanas del cuerpo pueden recibir sin peligro de causar daños irreversibles. Esta información les ayuda a decidir cuánta radiación administrar y a qué punto se deberá dirigir la radiación durante el tratamiento. Si alguna parte de su cuerpo ha recibido antes radioterapia, puede que no sea posible que vuelva a recibir radiación en esa zona una segunda vez.

Si se le recomienda un tratamiento con radiación, es porque se considera que los beneficios que puede recibir superan los posibles efectos secundarios. Aún así, esto es algo con lo que usted debe estar de acuerdo.